Los árboles y los humanos siempre han tenido una conexión muy especial. Si creemos la teoría de la evolución, los árboles representaron para ”nosotros“ como monos nuestro hábitat natural. Nos dieron protección y comida, pero igualmente en la biblia del cristianismo y en muchas otras religiones y mitologías del mundo el árbol juega un papel reconocido e importante como un símbolo potente.1 También en distintos artes marciales o de la meditación como el “Taichí“, ”Chi kung“ o ”Yoga“ existen ejercicios energéticos que se orientan al ejemplo del árbol, abrazándolo simbólicamente o involucrando directamente la energía de un árbol cerca.
Según los resultados investigativos del „Shinrin-yoku“ (japonés), donde investigan la fuerza y el efecto curativo de los bosques al ser humano, investigadores demostraron entre otros un mejoramiento del sistema inmunológico y del sueño, la presión arterial y el estrés reducido así como el tiempo de recuperación acortado después de operaciones o enfermedades cuando las personas dieron un paseo por un bosque, al menos por 20 minutos.2
En nuestra vida cotidiana “buscamos por nuestras raíces“, nos sentimos ”enraizados“, “florecemos” o creamos nuestro “árbol genealógico“.
Diversos proyectos en el mundo interpretan el abrazar de árboles como una expresión de la reconexión del humano con la naturaleza e intentan motivar a tratar mejor y con más conciencia a nuestro medioambiente. El “amor por la naturaleza“ finalmente muestra también nuestro respeto como la conciencia con nuestra base de vida propia y natural. „Quién abraza un árbol se concentra por un tiempo con toda la atención en este árbol: siente su háptica, su olor y sus sonidos y toma toda la energía de vida del árbol. Por este medio muchas personas experimentan una experiencia directa con la naturaleza y se sienten como unidad con el todo.“3 (traducción: Marcus Hartmann)
Árboles y plantas en general siempre han sido el fundamento de nuestra medicina tradicional como alternativa, pero, ¿qué tan consciente realmente tratamos nuestras raíces?
En el curso del movimiento “Chipko“ las mujeres de la región “Uttarakhand“ en el norte de la India lograron una prohibición del corte de árboles en ciertas regiones del Himalaya abrazando a árboles. En 1987 el movimiento recibió el “Premio al Sustento Bien Ganado“, también conocido como “Premio Nobel Alternativo”.
Aunque la gente hoy en día todavía se ríe mucho de la conciencia con los árboles, y con ella también del abrazar de ellos, la idea encuentra su camino de regreso a nuestras culturas. Si pasa secretamente, de dos en dos o en grupos, las pruebas han mostrado que abrazar un árbol tiene sentido para nuestra salud física y mental.
”Los árboles”, dijo Hermann Hesse, “son santuarios. Quien sabe hablar con ellos, quien sabe escucharles, aprende la verdad.”4 Tal vez todavía podemos aprender algo más de estos gigantes silenciosos, criaturas que nos sobreviven a menudo muchos siglos hasta milenios.
Fuentes:
1 https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81rbol#Importancia_cultural
2 http://www.shinrin-yoku.org/shinrin-yoku.html / https://scholar.google.com/scholar?hl=es&q=shinrin-yoku&btnG=&lr=
3 http://www.evidero.de/naturliebe-macht-gluecklich
4 http://abundanciaamoryplenitud.blogspot.com.co/2014/04/los-arboles-son-santuarios-hermann-hesse.html
El toque del abrazo 