Verme a mí mismo, mirarme, verme verdaderamente y valorarme. Aprobar lo que está en mí y lo que soy, aceptándome totalmente y dando un abrazo a mí mismo.
Abrazar a sí mismo o el “abrazo propio“ frecuentemente es una expresión simbólica de la aceptación de la propia persona así como de la compasión enfrente de sí mismo. Varios libros, revistas, artículos de periódicos, blogs y otros más hoy se dedican a una tendencia que está marcada decisivamente por las filosofías asiáticas como el budismo y la marcha triunfal de la psicología en el occidente. Y de hecho hoy en día varias investigaciones muestran que la compasión consigo mismo como también queda comprobado influye positivamente a nuestra vida. Así (ej.) un estudio de la Universidad de Carolina del Norte en los Estados Unidos que podría mostrar que la compasión consigo mismo especialmente tiene sus ventajas para personas mayores que luchan con la superación del envejecimiento, ya que la compasión ayudaría a aceptar e interpretar más positivo los eventos relacionados con la edad.1
Pero mientras las escuelas terapéuticas se decantan en la mayoría por el abrazo metafórico (ej. Abrazar al “Niño interior“) así como por la construcción integral de nuestra autoestima o bien la compasión con nosotros mismos, en el mundo del habla alemán y español solamente existen unas pocas fuentes que se dedican al verdadero abrazo propio corporal. Unos describen en esto que el abrazar a si mismo sería una expresión del amor propio y de un carácter fuerte, mientras otros ven una señal de inseguridad, la necesidad de protección y seguridad, hasta un acto de desesperación.
Hace un tiempo se anunció un caso en Indonesia que un bebé orangután sufrió de un fuerte trauma después de la separación de su madre. Esto hizo que estaba afectada su motricidad así que abrazaba a sí mismo – probablemente por la falta del contacto con su madre – y esto en cada momento posible. Solamente para coger la botella de leche el pequeño mico soltó su agarre firme por un momento, como también muestra un video de la organización “Rescate Animal Internacional“. “Es probable“, así Alan Knight, el presidente de la organización, “que Joss [nombre del orangután] vio el brutal asesinato de su madre antes de que le sacaron de la selva para venderlo como mascota. Uno solo tiene que mirar en sus ojos para comprender la pesadilla de que ha sufrido en su vida corta.“2 Pero también en el ámbito de nuestro lenguaje corporal humano el abrazo propio respectivamente el abrazo o el cruzar de nuestros brazos frente del cuerpo juega un rol importante. Personas que se sienten atacados por el otro durante una charla, debido a esto cierran sus brazos para reconectarse consigo mismo, poder sentirse y agarrarse a sí mismo. Básicamente sería una postura de defensa que nos da protección y revela nuestra vulnerabilidad a la vez. De igual forma la postura serviría para aislarse y distanciarse debido a la negación del otro respectivamente de sus palabras.3 4 5 El experto de háptica Martin Grunwald de la Universidad de Leipzig en Alemania además argumenta que el tocar de sí mismo sería “practicado repetidamente, muchas cien veces durante el día y que sirven para regalar nuevamente energía fresca al cerebro, igual como para regular las emociones y mantener la memoria de trabajo, así que el pensamiento actual no se pierde por influencias externas.“6
Pues, ¿el abrazo propio en conclusión es un concertador y regulador entre nuestro mundo interior y el mundo en el exterior que nos rodea? No solamente eso, porque un estudio del “University College“ en Londres mostró que abrazar a sí mismo también puede reducir los dolores corporales. Los investigadores alrededor del neurocientifico Giandomenico Iannetti irradiaron a 20 voluntarios con un Láser infrarrojo en el sensible nervio radial del antebrazo. Mientras los participantes cruzaron unas veces sus brazos, formando una especie de un abrazo propio. Los investigadores comprobaron que no sólo las declaraciones sino también el EEG mostraron una reducción significativa de la sensación de dolor cuando las personas se abrazaron. “Cruzar las manos a través de la línea central del cuerpo“, así los investigadores, ”altera la capacidad [del cerebro] de localizar estímulos táctiles.“ Esto sucede debido a cambio de la mano derecha hacia el lado de la izquierda y al contrario. De esta manera parece que los datos de la media del cuerpo correspondiente vienen del otro lado de nuestro cuerpo. El resultado: Confusión en el cerebro.7 8
Igual si quiere confundir de esta manera a sí mismo o a los demás, un abrazo propio absolutamente tiene efectos positivos al cuerpo y al alma pero como con cualquier cosa también aquí se aplica que cuenta la medida. Un poquito más de compasión para sí mismo seguramente no nos hace daño porque, no importa si es por gratitud o por consolación, no siempre hay alguien por allí para regalarnos un cariño corporal, pero nosotros mismos siempre estamos muy cerca para darnos lo que nos hace falta, si solo lo permitimos.
Fuentes:
1 https://www.researchgate.net/publication/235422613_Self-compassionate_Responses_to_Aging / http://self-compassion.org/wp-content/uploads/publications/AllenLeary2013Gerontologist.pdf
2 http://www.soy502.com/articulo/bebe-orangutan-no-deja-abrazarse-tras-ser-separado-madre
3 http://www.intemyo.de/koerpersprache/koerpersprache-haende-hand-arme.html
4 http://www.business-netz.com/Kommunikation/Koerpersprache-deuten-ABC-der-Koerpersprache
6 „Touch me – Was Berührung mit uns macht“, Aporte de video, transmisión del domingo, 11.01.2015, mediateca del ZDF, Link: http://www.zdf.de/sonntags/touch-me-was-beruehrung-mit-uns-macht-36633346.html (en alemán)
7 http://ccare.stanford.edu/psychology-today/hugging-yourself-reduces-physical-pain/
El toque del abrazo 