Nuestra piel tal vez es el órgano sensorial lo más descuidado de nuestro cuerpo, aunque visto funcionalmente también es el órgano lo más multifacético que tenemos y con 2m2 de promedio y una mole del 15 hasta el 20 por cientos de todo el peso corporal además el más grande. Con un peso corporal de 75 kg esto significa por lo tanto que nuestra piel pesaría más de 10 kg. Ella es nuestra barrera para el mundo exterior, regula el balance térmico e hídrico, nos ofrece protección (ej. contra la Radiación UV), cumple funciones comunicativas y transmite diversos nutritivos del “mundo exterior” a nuestro cuerpo. Por ella podemos sentir la presión, el toque o el dolor.
Un centímetro cuadrado incluye 150.000 células de pigmento, 5.000 células sensoriales, 100 glándulas sudoríparas y sebáceas, cinco pelos, cuatro metros de nervios y un metro de vasos sanguíneos, elementos que cuentan como componentes de la piel. Así se distribuyen en total aproximadamente 110 mil millones de células de la piel, dos mil millones de células de pigmento y glándulas sudoríparas así como cinco millones de folículos pilosos en la epidermis, dermis e hipodermis que forman las tres capas más esenciales de nuestro órgano sensorial sensible.
Recibimos oxígeno y liberamos dióxido de carbono a través de la piel (Respiración cutánea) e intercambiamos agua, sales así como diversos nutritivos con nuestro entorno a través de ella. Todos los días liberamos de esta manera 0,2 hasta 0,5 litros de sudor. Bacterias, hongos y ácaros viven encima de la piel en simbiosis con nuestro cuerpo. Pero nuestra piel forma igualmente nuestra apariencia externa, si son pecas, lunares, manchas cutáneas, tatuajes, cicatrices, arrugas, pinturas corporales o la coloración natural de la piel.
Debido a la renovación regular de nuestra piel en ciclos de aproximadamente 27 días, perdemos en cada minuto enormes 30.000 hasta 40.000 caspas. Si calculamos, pues, con una edad de 75 años, perdemos a lo largo de los años más de un billón (12 ceros) de células de la piel. Esto son 1-3 toneladas de piel que alineada da más de 25.000 km de caspas.
Durante un toque distintos tipos de células registran velocidad y duración del estímulo, otros reconocen el grado del estiramiento de la piel o reaccionan a impulsos de vibración. Cada célula sensorial “es responsable de un área en particular en la piel, llamado campo receptivo.“1 Datos que llegan a una región de la piel están transformados en impulsos eléctricos y transmitidos a neuronas y luego a la médula espinal y al cerebro. Debido a la variación del tamaño del campo receptivo referente a las distintas regiones corporales, no percibimos los estímulos en todas partes de nuestro cuerpo de la misma forma. En nuestras yemas del dedo podemos sentir las elevaciones más pequeñas de solamente 0,006 milímetros. Esta sensibilidad también nos permite sentir las letras de “Braille“ para personas ciegas, que consisten de pequeñas elevaciones puntiformes, con mucho “tacto”. En cambio en la espalda solo podemos reconocer distintos estímulos de presión (ej. con dos dedos) con una distancia de por los menos 5 cm entre ellos.2 La representación del así llamado “homúnculo” (véase la figura 2) intenta ilustrar esta distribución de la sensibilidad de estimulación en nuestro cuerpo.
La investigación reciente incluso ha mostrado que podemos adivinar los sentimientos de un desconocido solamente por el toque de la piel.3 Nosotros comunicamos, pues, también a través de nuestra piel con nuestros prójimos y así también es científicamente absolutamente comprensible que los toques y en especial un abrazo íntimo literalmente logran llegar “debajo de la piel”.
Fuentes:
1 https://www.dasgehirn.info/wahrnehmen/fuehlen-koerper/aussenstelle-des-gehirns
2 Werner Bartens (2014): Wie Berührung hilft – Warum Frauen Wärmflaschen lieben und Männer mehr Tee trinken sollten, Editorial: Knaur, Múnich
4 Fuente del imagen “homúnculo“: http://rewardhealth.com/archives/1975
https://de.wikipedia.org/wiki/Haut / https://es.wikipedia.org/wiki/Piel
http://www.spektrum.de/frage/wie-viele-zellen-hat-der-mensch/620672
http://dcc.hamburg/de/blog/2008/einige-wichtige-fakten-ueber-unsere-haut
El toque del abrazo 